Descarga Libro «La sabiduría de las emociones» de Norberto Levy

La sabiduría de las emociones
Descarga gratis el libro de Norberto Levy. El propósito central de este libro es mostrar hasta qué punto está presente en la naturaleza misma de las emociones categorizadas como conflictivas, su condición de señal.

Norberto Levy nació en Buenos Aires en 1936. Es médico psicoterapeuta, graduado con Diploma de Honor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1961 y desde hace cuarenta años explora de un modo sistemático, en la clínica y en la docencia, los mecanismos de la autocuración psicológica. Aquí la presentación de su Libro:

«La sabiduría de las emociones»

Introducción General

  1. La dignidad del miedo
  2. El enojo que resuelve
  3. La culpa que tortura y la culpa que repara
  4. Exigencia y excelencia
  5. Aprender de la envidia
  6. La vergüenza y su curación

El propósito central de este libro es mostrar hasta qué punto está presente en la naturaleza misma de las emociones categorizadas como conflictivas, su condición de señal.

Del mismo modo que las luces del tablero de mandos del automóvil se encienden e indican que ha subido la temperatura o queda poco combustible, cada emoción es una luz de tonalidad específica que se enciende e indica que existe un problema a resolver.

El miedo, la ira, la culpa, la envidia, etc., son estupendas y refinadísimas señales, que alertan, cada una de ellas, acerca de un problema particular y su función es remitir a ese problema. Por lo tanto, las emociones son aprovechadas completamente cuando uno aprende qué problema específico detecta cada emoción y cuál es el camino que resuelve el problema detectado.

Cuando esto ocurre, uno se concentra en la resolución del problema y le agradece a la emoción haber orientado la mirada en esa dirección, por más dolorosa o inquietante que dicha emoción pueda haber parecido al comienzo.

Continuando con la metáfora del tablero de mandos, las luces se aprovechan en toda su utilidad cuando uno aprende qué es lo que indica cada una, y sabe, además, cómo encaminarse a resolver el problema que registra: sé que la luz que se encendió indica que hay poco combustible y sé cómo dirigirme hacia la próxima gasolinera. Cuando llego allí y cargo combustible he completado el circuito resolutivo que la luz puso en marcha.

Solemos creer que las emociones son el problema. Que el miedo, el enojo, la culpa, etc., son los problemas que nos acosan. Y no es así. Se convierten en problemas cuando no sabemos cómo aprovechar la información que brindan, cuando nos «enredamos» en ellas y nuestra ignorancia emocional las convierte en un problema más. Entonces sí, cada uno de estos estados agrega más sufrimiento estéril a la experiencia que vivimos. Pero, repitámoslo una vez más, no es la emoción en sí lo que perturba sino el no haber aprendido aún cómo leer y aprovechar la información que transmite.

En esta obra presentamos un análisis de cada emoción, describimos los errores más habituales que cometemos en relación con cada una de ellas y mostramos, de la forma más detallada posible, cuál es el problema que cada emoción señala.

En este primer libro

Comenzamos con las tres emociones conflictivas consideradas, tradicionalmente, como las básicas y universales: el miedo, la ira y la culpa. Añadimos a ellas, la envidia, considerada habitualmente como el prototipo de la emoción negativa, y la vergüenza, que si bien parece tener un tono menor en relación con las anteriores, cuando se la padece inhibe fuertemente la posibilidad de expresarse de un modo espontáneo y creativo.

Incluimos también un análisis de la exigencia, que no es estrictamente una emoción, sino más bien una actitud, una manera de intentar producir ciertos resultados. Lo hacemos porque forma parte del universo periférico de las emociones, y porque su extensión y las confusiones que existen asociadas a ella producen mucho sufrimiento estéril.

Quedan para el próximo libro las emociones conflictivas restantes: los celos, la competencia, el resentimiento y la voracidad.
Y también el amor. El amor no es, por cierto, una emoción conflictiva, sino una calidad de energía. Para ser más precisos, se trata de una calidad de interacción. Esa interacción que se manifiesta en todos los planos y que en última instancia es la que posibilita la vida. La que permite tanto que una célula exista y coopere con otra… como, en la dimensión más macroscópica, aquello a lo que se refería Goethe cuando expresaba: «He visto el amor que mueve al sol y las demás estrellas…»

Por más lejana y opacada que parezca, también es posible reconocer esa esencia amorosa aun en las emociones más conflictivas y percibir, además, las vicisitudes que dicha energía recorrió hasta convertirse en la respuesta destructiva actual. Vicisitudes de frustraciones, desorganización, conclusiones equivocadas, confusión…, hasta el aparentemente más completo extravío de sí.

Cuando se puede encontrar el amor allí donde parece que el amor no está es cuando se devuelve a cada emoción su sentido más profundo. Es cuando puede accederse a la sabiduría de las emociones.

Esta obra invita al lector a explorar el modo en que está presente en sí mismo cada emoción sobre la que lee. Por tal razón se aprovecha mejor la lectura cuando se destina un tiempo para observar cuál es la resonancia personal que le produce lo que ha leído, es decir, en qué sentido confirma o modifica tanto su modo de sentir esa emoción como aquello que habitualmente piensa de ella.

Es por este motivo por lo que sugerimos no leer el libro de acuerdo con un orden corriente, empezando por el principio, ni seguir el orden del índice temático, sino más bien abordar cada vez la emoción que al lector más le interese, ya sea por la atracción que pueda producirle o sencillamente porque siente que la está padeciendo.

Norberto Levy

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